“¿Por qué no me contesta? Si le gusté esa vez, ¿por qué no ha dado likes? ¿Por qué habrán publicado esa historia si yo no dije nada sobre mi logro?”
Todos hemos tenido esos pensamientos y preguntas.
La necesidad de validación (esa urgencia de sentir que somos vistos y valorados) es uno de los motores invisibles que mueven gran parte de nuestra vida social, emocional y hasta laboral.
Y es normal.
Somos seres que evolucionaron en comunidad, que en remotos entornos tenían más posibilidades de supervivencia cuanto más integrados estaban.
Pero hoy vivimos en una realidad distinta: vivimos en un mundo de pantallas, likes y comparaciones constantes.